Casas que enamoran

Febrero es el mes del amor. San Valentín marca, queramos o no, el pulso de este momento del año que alarga sus días y nos permite un respiro entre lo más duro del invierno y la ansiada primavera.

Y si hablamos de amor, tenemos que hablar del amor que sentimos por ese momento increíble en el que un cliente encuentra su casa ansiada, ésa que lleva tanto tiempo buscando y que nosotros, desde cualquiera de nuestras oficinas, le ayudamos a encontrar.

A lo largo de estos años, en nuestra experiencia como agentes inmobiliarios, hemos tratado con infinidad de compradores, inquilinos, inversores… y todos coinciden (con excepciones, claro está) en buscar una serie de atributos en las viviendas que son los que les hacen decidirse finalmente.

Para algunos es un detalle arquitectónico, el vecindario o que la casa esté amueblada. Otros prefieren un ático y no paran hasta hacerse con él. El número de habitaciones en relación al precio puede ser decisivo o las condiciones del contrato, pero hay cinco aspectos que  marcan la diferencia.

1. Ubicación

Es el punto número uno. Normalmente está definido desde el principio de la búsqueda por razones personales y aunque en muchos casos el punto exacto puede moverse, el radio de acción suele ser inamovible. Actualmente la zona centro muestra claras diferencias de precio y estilo de vida, por lo que una búsqueda que empieza en Moncloa puede alterarse y acabar finalmente en zona Malasaña, pero seguirá estando dentro de la zona centro.

2. Precio

Queramos o no este es el punto decisivo y más desmoralizador. Afortunadamente, las ofertas en internet y el trabajo de los profesionales inmobiliarios en sus anuncios hacen posible que llevemos a cabo esta primera criba de forma más o menos fácil. Contamos con unos ingresos para la  compra o alquiler y de manera intuitiva sabemos de antemano que un ático con chimenea en la zona Retiro puede no entrar en nuestro presupuesto. De manera que este punto es crucial a la hora de decidirnos e involucra el punto anterior, relativo a la zona del inmueble.

3. Espacio

Algo estamos haciendo mal si tenemos tres hijos y estamos buscando casas de un dormitorio.

Buscar casa por metros cuadrados o número de habitaciones/ baños es ya todo un clásico. En este punto puede haber muchas variaciones que decidan la balanza, ya que en ocasiones, una casa para dos puede tener tres habitaciones o una casa de dos niños puede tener un dormitorio para ambos. Lo que está claro es que normalmente encontrar un inmueble que tenga espacio es una ventaja y suele decidir la transacción positivamente.

4. Luz

Hoy en día, las viviendas nuevas responden a unos parámetros lumínicos pensados para optimizar la eficiencia energética en la medida de lo posible. La luz es un valor añadido en cualquier vivienda y nunca está de más. Luz es igual a calidad de vida, pero no decide en términos generales la compra o el alquiler si no se cumplen algunos de los apartados anteriores. Todavía quedan muchas casas interiores, más antiguas y con poca luz que siguen resultando interesantes para el cliente por diversas razones.

5. Calidades

Cocinas equipadas, armarios empotrados, ventanas en PVC, puertas blindadas o suelos en tarima son solo algunas de las muchas calidades que podemos buscar en una vivienda. Las reglas varían en función del tipo de casa (obra nueva o vieja) y el tipo de transacción y cliente. No definen la decisión final, pero aportan mucho en la valoración general del inmueble.

 

2018-09-26T12:43:09+02:00 2018/01/30 |Sector inmobiliario|