La situación de la vivienda es una de las principales preocupaciones de cualquier país, como lo es también del nuestro. En la capital, se tiende a un movimiento febril del mercado inmobiliario por razones como el turismo, la mayor concentración de población en el centro urbano, la creciente demanda de arrendamientos (no hace tanto que fue la llamada crisis hipotecaria), y un largo etcétera.
Por lo tanto, la situación de la vivienda en Madrid es cambiante y conocerla puede ayudarnos mucho para poder orientarnos en ese laberinto que es el mercado inmobiliario.
Los precios inmobiliarios en la capital
Los precios de compraventa de la vivienda en Madrid han subido un 16,62% más que en el año anterior. Por su parte, los precios de arrendamiento han subido un 11%, aunque algunas fuentes hablan ya de una desaceleración en ese sentido.
El promedio de precio de compraventa de un inmueble en la segunda mitad del pasado año era de 2.610 euros. Y en las ciudades aledañas a la capital (las llamadas ciudades-dormitorio) los precios también han ido subiendo, aunque lógicamente a un ritmo y unos porcentajes menores, ya que la demanda es algo menor y el estrato de mercado también es algo inferior, pues se trata de compradores cuyas rentas y poder adquisitivo son algo más humildes. Así, en Alcorcón el promedio de precio de compraventa en el segundo semestre del mismo año 2018 era de 1.664 euros, y en Móstoles, la media ascendía a 2.108 euros por metro cuadrado.
¿Vuelve el “boom” inmobiliario?
En concreto, sucede que en la capital de España casi la mitad de los pisos vendidos se encuentran en un rango de precios que abarca entre los 75.000 y los 150.000 euros.
Sea como fuere, y en todo caso, la aparente recuperación del llamado “boom” inmobiliario halla su ojo del huracán en el centro de las dos mayores urbes españolas: Madrid y Barcelona. De hecho, en ambas ciudades, los precios inmobiliarios al finalizar el año 2018 se encontraban tan sólo un 6,7 % por debajo de su máximo histórico, que tuvo su escenario en el primer trimestre del año 2007, justo en pleno avance inexorable de la crisis hipotecaria, y en el pórtico de la crisis financiera cuyas consecuencias aún hoy se dejan sentir en buena medida.
Según la valoración interanual de los precios inmobiliarios en el cuarto trimestre del año pasado, los distritos donde más ha subido la vivienda fueron, por orden de magnitudes: Villaverde, con un 25,6% (y 1.648 euros por metro cuadrado), Ciudad Lineal, con un 21,6% (y unos 2.854 euros por metro cuadrado), Vicálvaro, con un 19% (2.119 euros por metro cuadrado), Puente de Vallecas, con un 17,01% (1.706 euros por metro cuadrado), y San Blas-Canillejas, con un 16,6% (y 2.342 euros por metro cuadrado).
Los distritos de Chamberí y Centro son los más caros de toda la ciudad, pero a pesar de ello siguen incrementando sus precios con porcentajes más que apreciables (un 15,4 y un 10% respectivamente) lo que nos habla claramente del desplazamiento de determinados estratos de población a tales zonas, y quizá de otros fenómenos simultáneos, como los efectos del turismo internacional y de los alojamientos temporales y vacacionales en determinadas áreas céntricas de la capital.
Situación de los alquileres
En 2018, la rentabilidad de los arrendamientos de la vivienda en Madrid alcanzó su máximo histórico desde el último “boom” inmobiliario de 2007, pues se produjeron subidas de entre el 11,4 y el 11,2%. Se prevé que por la escasez de oferta y la mucha demanda, aparte de por el interés de capitales internacionales, los precios continúen subiendo.
El precio del alquiler se establece en unas medias muy reconocibles: el mayor porcentaje de pisos alquilados en Madrid (prácticamente la mitad: un 49,4%) se sitúan entre los 600 y los 800 euros.
La mayoría de la gente que compra o alquila un piso en Madrid es para vivir en él, aunque un 35,5% lo hace por inversión, es decir: para extraer una rentabilidad.
A día de hoy, en un mercado tan complejo y competitivo como el madrileño, la ayuda de profesionales para poder encontrar una buena oferta inmobiliaria es más importante que nunca.